A la hora de personalizar prendas con un logo, la primera duda suele ser: ¿bordado o estampado? Aunque ambos métodos son populares, el bordado destaca por ofrecer un acabado más profesional, elegante y duradero.
Aquí te presentamos los 5 motivos principales por los que tu logo se verá mejor bordado que estampado.
El bordado aporta relieve, textura y profundidad. Es un acabado que transmite calidad y prestigio, ideal para empresas, equipos y marcas que quieren destacar.
El hilo bordado no se agrieta, no se borra y no pierde color. Incluso después de muchos lavados, tu logo sigue intacto. En cambio, un estampado puede deteriorarse rápidamente.
El bordado funciona perfectamente en prendas gruesas, polos, sudaderas, gorras, ropa laboral y más. El estampado tiene limitaciones según el material y el acabado del tejido.
Empresas de hostelería, talleres, gimnasios y clubs deportivos prefieren el bordado porque soporta mejor el desgaste y los lavados frecuentes sin perder calidad.
Un logo bordado da la sensación de mayor valor y cuidado por los detalles. Esto transmite confianza a tus clientes y contribuye a una imagen corporativa más sólida.
Si buscas un acabado elegante, duradero y profesional, el bordado industrial es sin duda la mejor opción.